sábado, 3 de mayo de 2008

La boca




Fue una de las peores noches aquella de otoño. El tiempo no corría, las luces del alumbrado público se burlaban de mis cortinas golpeándome el rostro y, entre algunos recuerdos audiovisuales y perceptiblemente inútiles, una imagen pareció gritar por un minuto.

Era una boca, gigante, agrandándose aún más ante el pausado tiempo y pareciendo comerme el rostro sin ninguna defensa. No lo sé, en aquel estado cercano al sueño había logrado aceptar esa boca como perteneciente a mi mundo real. Ella estaba ahí, frente a mi ser de materias estructuradas. Estaba ahí, espantándome con su olor a matadero, con la muerte que, vista desde aquel ángulo, parecía inevitable y ya no tan trágica.

Contaba los segundos a modo de despedida. La boca se acercaba y me devoraría a pesar de mi mirada perpleja. Lloré, inútilmente, a orillas de la muerte.

Desperté a las ocho y quince, bañado en sudor. No supe cómo reaccionar, si sonreír o dejar que el dolor me siga afectando. Lo único aparentemente claro de todo era que aquella boca ya no estaba y que volver a vivir con ella sería el martirio más grande que podía imaginar.

Pensé en el hambre.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante paralelo. El intento se incrementa en la narración y entorno.

Nos vemos.

Anónimo dijo...

Puede ser un intento facilista, de los que a veces ya nos cansamos. La narración estuvo buena, pero, creo que forzaste la metáfora. A fin que no todo lo que se escribe tiene que acabar en moraleja. Pero igual bien.

Anónimo dijo...

Uhm...

Has escrito mejor en otras oportunidades, pero, no tiene pierde este relato. Tal vez si, como dice el comentario de allá arriba, no hubieses forzado la metafora hubiese terminado en una interesantisima descripción. Sin embargo, siempre me haces pasar buenos ratos. Sinonimo de calidad.

En cuanto a contenido, todos tenemos esos sueños. Uno de los más bravos que he tenido es cuando me quedé atrapada en tus greñas...

vagando por las calles, mirando a la gente pasar...

Un beso con tuco.

Jesus dijo...

Agradezco que se tomen el tiempo de leer lo que escribo, sin embargo, creo que no están tomando el escrito como lo que veradermente es: una vivencia.

No se intenta partir de un entorno ficticio. Voy a que si se cuenta la metafora es porque realmente existió y no fue una iluminación- por lo que leo muy suave- al momento de terminar de escribir el relato.

El espacio no es primordialmente literario. Es un lugar donde se escribe lo que se vive de un modo que intenta ser grato.

La intención a largo plazo es que escriban más personas dentro del lugar y de los cuales se comente más su vivencia que el modo de expresarlo- que es importante, pero, no único- Un diario, si se puede usar el termino.

Saludos.